Mujeres, hombres… nos quedamos con Sonia

Hoy es 8 de marzo, día Internacional de la Mujer. Una historia de una de ellas, la de Sonia: mujer, trabajadora, discapacitada, soñadora, risueña y de su madre Pilar, que como todas ellas, consiguen que al menos esta tenga un final feliz. Caprichoso el destino, quiso que Sonia comenzara a trabajar en Feu Vert un 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, allá por el año 2010. A su condición de mujer, a Sonia le unía también la circunstancia de tener una minusvalía física e intelectual. Pionera en muchos sentidos. Comenzó cursando una formación laboral de dos años en la Universidad Autónoma. Quería estar prepara para el mundo profesional.

Con este bagaje se presentó puntual una mañana del 8 de marzo del año 2010 de la mano de la Fundación Prodis en su primer día de trabajo en Feu Vert. Segura, llegó a la recepción, se presentó con la mejor sonrisa y con un contundente “Buenos días ¡me llamo Sonia y hoy comienzo a trabajar aquí!”. Desde entonces no ha hecho otra cosa que ganarse el cariño y confianza de sus compañeros. “Aunque con algunas limitaciones, quiero aprender y ser de ayuda”, nos dice Sonia algo nerviosa.

Y Sonia cumplió y sigue cumpliendo con su promesa de aprender. Comenzó con tareas sencillas: reparto de correos, archivo de documentos. Pero su determinación y ganas la han llevado a realizar tareas más complejas dentro del área de Recursos Humanos.  Gestiona digitalmente la documentación destinada a los cursos de formación, formularios, diplomas y hace que lleguen correctamente a los centros donde se imparten esos cursos. Siempre con una sonrisa. Nunca le falta una palabra agradable o de ánimo hacia cualquier compañero que se cruza con ella en la oficina. Y nunca se pierde un desayuno con las compañeras de administración. “¿Te vienes Sonia?”. Y Sonia va, ríe y comparte los chascarrillos de toda oficina.

Y por supuesto tiene opinión sobre el día de la mujer trabajadora. Es clara y trasparente. “tenemos los mismos derechos. Si eres válido para un trabajo no debe influir si eres hombre o mujer”. En Feu Vert lo tenemos claro: hombre, mujer… nos quedamos con Sonia.

Detrás de Sonia, una gran presencia, su madre. Trabajadora como ella, separada. ¿Complicado? Un mercado laboral que no pone fácil cuadrar horarios para facilitar atender a Sonia. Trabajos a jornada parcial que no compensan económicamente. Imposible pensar en trabajar más horas. Ante la disyuntiva, decidió cuidar a su hija. Siempre ellas las sacrificadas.

¿Está el mercado laboral preparado para la integración en igualdad de la mujer, para la inclusión, para atender la discapacidad?. En Feu Vert, ya nos hemos puesto a ello.

 

 

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